domingo, 15 de noviembre de 2015

Reloj sin tiempo



En un cajón
olvidado de todos
se haya un reloj,
sin tiempo
ni control.

No sabe dónde va,
cuál es su dolor,
viejo en un rincón
ve la vida pasar.

Nadie lo va a rescatar,
los segundos quedan
perdidos en la eternidad,
mudo se queda su tic tac,
agotada su vida
en un trágico final.

3 comentarios :

  1. Estimad@ niebla,

    Me ha gustado mucho su poema y a raíz de él me ha surgido la siguiente reflexión, que me gustaría que comentara y opinara sobre ella:

    ¿Cuántas personas en este mundo son como su reloj?

    Ven la vida pasar, sin pena ni gloria, con la esperanza que la persona a la que aman se acuerde de ella y le den una oportunidad, la saquen de la oscuridad del cajón en el que se haya para demostrar que es tan válido como cualquiera, que solo necesita que se le preste atención y pueda demostrar su valía.

    Pero en la mayoría de las ocasiones el tiempo pasa y se le niega la oportunidad de escuchar su tic tac, de demostrar que son capaces de ser y hacer feliz, de escuchar los latidos de su corazón y terminan por ser ignorados.

    Lo vemos de vez en cuando, cuando abrimos el cajón y ni siquiera nos fijamos en él y si lo hacemos, lo vemos viejo, sucio y no nos molestamos en tomarlo entre nuestras manos, limpiarlo un poco y engrasarlo para ver que funciona y es tan bello como cualquier otro.

    Pero quizás es más fácil prejuzgarlo y considerarlo no adecuado para nuestra vida y no darle una oportunidad, dejarle morir hasta que su corazón deje de latir y tal vez entonces nos acordemos de él y nos demos cuenta que posiblemente no fuimos justos al abandonarle sin haberle dado la oportunidad de permitir dejarle que nos guiase nuestra vida con su tic tac.

    Entonces ya no habrá tiempo de darle vida, de recargarle las pilas y nunca sabremos si hubiera sido la persona que nos podría haber hecho feliz.

    Afectuosamente,

    Gominola

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  2. Mi poema nada tiene que ver con el amor pero ya que usted ha hecho esa asociación le diré que por desgracia hay más gente de la que usted se imagina.

    Pero sucede que a veces el amor no es recíprocamente correspondido y ante eso nade puede hacerse, no es cuestión de oportunidades ni de valías, se trata tan solo de que eso que la otra persona debería sentir dentro sencillamente no lo siente, y eso no quita valor ni añade juicios sobre la otra persona en cuestión.

    Seguro que ese reloj, antes o después, encontrará la muñeca justa en la que asentarse, y volverá a dar la hora y hacer su tic tac sonar.

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  3. Me parecen acertadas sus palabras. No tengo nada que objetar.

    El amor, como otras muchas cosas, es cuestión de dos, y si uno no quiere, dos no pueden. A buen entendedor pocas palabras bastan.

    Afectuosamente,

    Gominola.

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