Pasan horas y días

Pasan los días
y no sé de ti,
¿en que momento me fui,
cuál fue el lugar
donde te perdí?

Pasan las horas
y no regresas,
¿en qué tiempo
de ti me olvidé
y no supe volver?

Vuelve a mí

Vuelve tu mirada a mí,
que esta amarga lejanía
que en mí triste habita
desaparezca en tus pupilas
y me deje vivir.

Que quiero ser feliz,
teniéndote cerca, aquí,
que esta angustia febril
encuentre consuelo en ti.

Silencio

Ese silencio que atrapa
todos los ruidos y nada,
que se escucha en las mañanas
y que por las noches se destapa.

Ese que calma dragones
y es testigo sublime
de intensas emociones,
el que llena el hueco de las palabras,
el que alcanza el eco y lo devora;
silencio que rebota
y al interior del alma llega,
se aposenta, se despoja,
y en unos segundos 
al cielo te transporta.

Ese silencio que falta,
ese lenguaje que sobra,
ese silencio que habla,
que entiende cualquier idioma.

Tu ausencia

Tu ausencia dilata los poros

de este corazón que extraña,

se convierte la distancia en lejana,

en oros perdidos de la baraja.

¿Cómo llenar ese vacío

que quema por dentro

y es tan intenso?

¿Cuándo la marcha

será bienvenida

y ocultará el rastro

de la despedida?

Indigente

Frío en las aceras,
escarcha en los bolsillos,
días de hielo gris,
zapatos con rocío.

Un manto de invierno
cubre de nieve las canas,
blanco el hábito diario
sin café caliente ni mantas.

Las calles tosen febriles
bocanadas de vaho amargo,
silencio bajo la almohada
de cartón prefabricada.

Sobre alfombras de asfalto
se cuentan historias desnudas,
dormidas como el letargo,
viejas como el anciano.

Eres (I)

Eres la voz de mi silencio,
la calma en mi tormenta,
el oasis de mi desierto,
la luz de mi candela. 

Eres el susurro de mi aliento,
el motivo de mi desvelo,
el valor de mis miedos
y el guardián de mis secretos.

Siempre II

Siempre conmigo
a este lado del mundo,
siempre contigo
más allá del infinito.

A veces tan cerca,
tocando mis manos,
a veces tan lejos
sin ver tu reflejo.

Siempre con mimo
quitando los miedos,
siempre con tino
forjando los sueños.

Despertar

Sueños que penden de un hilo, 
amaneceres sin despertador, 
sueños que mueren al filo 
de un sol y su resplandor. 

Amanece ligero el horizonte, 
llega el día con esplendor, 
nace la vida con pasión, 
muere la noche sin perdón.

Gente de la ciudad

En esta ciudad agreste
donde viven gigantes inertes,
donde hebras de hilo oscuro
cosen costuras grises;
en esta verbena ruidosa
de gritos ahogados y luces,
en este espacio cerrado
nace y vive gente. 

Gente que sobrevive,
que trabaja y lucha fuerte,
que habla con voz firme,
que sufre, que muere,
gente valiente.

Amar, ese gran reto

Amar es un reto
que solo tiene premio
si es correspondido,
más es un acto voluntario
por uno mismo elegido.

No sentirnos amados
no es motivo de pena,
amar es la entrega
sin cambio de moneda.

Tarde inhóspita

Tarde inhóspita de invierno,
niebla en las afueras
que embarga el frío,
tenues rayos de sol
escapan del cielo
colándose por el balcón.

En el interior,
dos cuerpos abrazados
bajo un manto gris,
dentro el calor
deshace la escarcha
pegada en los cristales,
se calienta el ambiente
al son de un radiador.

Y así pasen los besos,
los dedos por el cuerpo,
así se llene
de paz el corazón,
así pase el tiempo
rozando el amor.

El mejor regalo

No hay rey mago
que pueda hacerme mejor regalo,
tenerte a mi lado
es lo que más he soñado.

Tengo el oro de tu sonrisa,
el incienso de tu mirada,
mía es la mirra
que pongo en tus mejillas.

Sin haberlo pedido,
te he encontrado,
eres la estrella
que acompaña mis pasos.

No necesito más

No necesito más
que un atardecer a tu lado,
una noche a ti abrazado
un amanecer despacio;
una sonrisa en tu mirada,
un beso en la mejilla,
una caricia en mi espalda.

No necesito más
que la verdad en tus palabras,
el susurro de un "te quiero"
el amor que prende una cerilla.

No necesito más
que vivir en tu compañía,
colarme entre tus sábanas,
sentirme amado cada día.