Lo que hacer y no hacer

No te disculpes
por ser como eres,
por no callar ante situaciones
que hieren y duelen;
no te rindas
ante las injusticias,
que no siempre pierde
el que defiende;
tampoco retires la mirada
ante hechos que te desagradan,
que sea tu mano la que tiendes
para ayudar a la gente.

Cumple
con lo que el mundo demanda,
no abandones la batalla;
solo tú sabes cuándo se vence,
solo tú sabes lo que se gana.

Prisas de la ciudad

En este mundo de prisas
donde todos corren
perdiendo la camisa,
donde no queda tiempo
ni para las risas,
donde el reloj
nos echa un pulso
sabiéndose ganador,
donde el bus
sortea despedidas
y el metro
entierra lágrimas;
en este mundo gris
que derrota vidas,
que devora almas
y vomita pérdidas;
en este mundo
de caos y rutinas...
hace falta luz divina,
esperanza que redima
una oscuridad que brilla,
un soplo de aliento,
una brisa marina,
un rescate prematuro
un guiño al futuro.

Al caer la noche

Al caer la noche
gotas de agua dulce barren las calles,
limpian los recuerdos del asfalto
donde se grabaron nuestros nombres.

Los charcos recogen
ilusiones de un mañana perdido,
reflejos transparentes
de lo que pudo haber sido.

Lluvia afilada clavada
en un corazón que sangra,
mientras tu ropa, mojada,
por tu cuerpo resbala.

Levanta el día por la mañana,
tormenta que huye sin agallas,
cielo despejado en tu piel
soles bajo la almohada.

Frescor suave entre sábanas
me quedo con las ganas,
de un diluvio universal,
de ver la lluvia
de nuevo en mi ventana.

Eres mi mundo (VI)

Eres mi mundo,
mi galaxia,
mi universo,
el que desata mi deseo,
aquel que gira
y se detiene ileso,
el que fusila mis sentidos,
el que no se sabe preso.

Eres mi mundo,
el que arropa mi alma,
quien no vacila y ama,
quien perdona si fallas,
quien se entrega sin dudas
y no pone trabas. 

Eres mi mundo,
mi silencio,
mi corazón honesto,
mi pequeño tesoro,
mi mundo selecto.

Desnudarte

Te desnudaré todas las noches,
todos los días;
y te vestiré de abrazos y besos,
hasta el amanecer.

Te desnudaré despacio y suave,
te amaré con deleite,
como los jóvenes amantes
que aún con ropa, sienten.

Te desnudaré de dudas
para arroparte con tesón,
daremos rienda suelta a la pasión
y quedarán las palabras mudas
ante tanto amor.

Desnudaré tu corazón
para abrigarlo al son de una canción,
desnudaré tu alma
para cubrirla de paz en cada despertar.

Te vestiré de la cabeza a los pies,
porque aunque el desnudo es bello
un vestido de besos es el mejor traje
que puedes tener.

Calendario

Naces con el año
y eres bien celebrado,
todos quieren tenerte
en una pared colgado.

Lleno de números estás
viendo los meses pasar,
te van arrancando la piel,
consigues una extrema delgadez.

Corta es tu vida,
un año apenas,
aunque con esmero se conservan
codiciadas tus fotografías;
llegada la vejez
eres condenado al olvido,
por uno nuevo sustituido,
abandonado a tu suerte;
volvemos al comienzo,
otra vez.

Catedral de León

Arco iris de colores
emana de tus poros,
música celestial de voces,
rompe el silencio un coro.

Armonía en el ambiente,
ecos divinos que invaden
una estancia sublime,
la fuerza de las almas;
notas, órganos y palmas
musicales que al cielo claman,
entre muros de piedras blancas,
calados de brillantes ventanas.

Siglos de historia ven la vida pasar,
luces y sombras esconden
motivos ocultos tras un cristal,
maravilla sensorial
que se clava en la retina
y no se puede olvidar.

Noche apasionada

Un domingo por la mañana
lío de sábanas blancas,
rastro de una noche apasionada
en un destrozo de cama.

Ese amor desperezado
que a gritos es colmado,
copas de vino en alto
exhalan besos embriagados.

Uno, dos, tres
y vuelta otra vez,
un regalo del cielo,
un tesoro encontrado,
elixir suavemente ejecutado,
a la espera de ser
nuevamente conquistado.