jueves, 27 de febrero de 2020

Caer y levantarse



Prometo no perder la calma,
respirar profundo y sostener la mirada,
hay tanto que decir... y tú...
sin querer escuchar nada.

Miras para otro lado,
caen en saco roto mis palabras,
no sabes qué hacer,
qué fría tienes el alma.

Y descubro que no te conozco,
tantos años compartidos
que se caen al vacío;
resuena el silencio
oscuro y negro,
con un olor a fuerte estiércol.

Me levanto y abandono mi asiento
con una leve sensación de miedo;
pero no me retienes y me alejo,
preso del dolor,
encadenado al desconsuelo.

Pero pasa el tiempo
y siento que me libero;
que vuelvo a ser yo,
que soy lo que me merezco;
algo bueno, y mejor;
y respiro, y me siento vivo.

sábado, 22 de febrero de 2020

Está de moda



Está de moda
pasar de largo y mirar hacia otro lado,
no ayudar por si nos sentimos perjudicados
ante situaciones que hacen daño,
grabarlo todo detrás de un objetivo
que nos convierte en espectadores,
pero también en cómplices.

Está de moda decir que no pasa nada,
que aún rotos por dentro
parezca que estamos intactos
y que no se noten los desperfectos
aunque la vida se nos caiga a cachos.

Está de moda trabajar mucho por poco salario,
y que sea un favor que nos den trabajo
porque si no lo hacemos nosotros,
lo harán otros;
que la pérdida de derechos
no sirva de sustento al pan que nos comemos.

Está de moda reírse del mal ajeno,
acceder a ciertos privilegios sin merecerlos;
está de moda el todo vale
aunque no valga nada,
y por eso se roba, se critica
y se mata por la espalda.

Hay cosas que es mejor
que pasen de moda
y que nos llamen horteras
por decidir no hacerlas.

martes, 18 de febrero de 2020

Fiarse



No quiero caer en la trampa
de ponerle trabas a la vida,
ya que ella es más sabia
y puede ganarme la partida;
solo hay que vivir
afrontando lo que venga,
teniendo fe ciega
en que todo va a ir como la seda.

jueves, 13 de febrero de 2020

Santander



Te llaman la ciudad del mar,
tienes un color especial;
a tus pies raqueros se zambullen
inertes viendo el tiempo pasar.

A ti llega una lluvia fina
con un claro olor a sal;
a tu puerto pesquero
Puerto Chico y Puerto Grande
me acerco a pasear;
inmensa bahía que contemplar,
el tiempo se para
y yo sueño con regresar.

Mi Santander del alma,
espérame con calma
a la orilla del mar.