domingo, 22 de marzo de 2020

Despertar de un mal sueño.

Despertar de un mal sueño
que nos quitó los besos,
los abrazos y las risas;
que nos robó el contacto,
frenó las prisas
e incluso nos arrebató la vida.

Despertar de un mal sueño
que nos confinó en una soledad
que solo rompieron los aplausos,
los ánimos y los cantos;
agradecimiento a sanitarios
que se dejaron la piel
junto a otros tantos
que nos cuidaron al máximo.

Despertar de este mal sueño
es lo que deseo.

Y volver a llenar las calles,
los parques y los bares,
acallar el silencio
con las voces de personas 
que se reencuentran, 
y se tocan, y se alegran;
regresar al trabajo,
a disfrutar de la familia,
los amigos, los ancianos;
recuperar las ganas
habiendo aprendido algo.

Porque esta pandemia
nos ha cambiado la vida,
el corazón y el alma;
ha venido a enseñarnos
a cada uno
aquello que necesitamos;
pero mientras tanto
hay que mirar por los hermanos
y quedarnos en casa
para no tener que preocuparnos.

Venceremos,
saldremos adelante,
la vida se abrirá camino
y todo habrá sido un mal sueño.

Despertaremos.

martes, 10 de marzo de 2020

Luz y Oscuridad



Luz y Oscuridad siempre estaban en lucha;
a la primera le gustaba la claridad del día,
lo tenía claro, y por eso la buscaba a diario;
sin embargo, a Oscuridad le gustaba la noche,
y aunque siempre lo veía todo negro
prefería estar entre dos luces
antes que quedarse a dos velas;
así de clara era.

Luz no tenía cuarto oscuro
y a Oscuridad le gustaba ver,
de vez en cuando,
la luz al final del túnel;
en el fondo se amaban
y se echaban de menos,
aunque ninguna lo supiera.

Las dos luchaban por entenderse;
Luz intentaba ver en la oscuridad
y esta no quería quedarse ciega
ante la claridad de la primera,
era difícil convivir
siendo tan opuestas;
así que llegaron al acuerdo
de no entorpecerse,
por eso la Luz se quedó con el día
y la Oscuridad eligió a la noche.

martes, 3 de marzo de 2020

¿Qué necesitamos?




A veces no necesitas nada más
que alguien que te dé todo;
que sepa recorrerte por entero
y te haga vibrar por dentro;
que te haga tocar el cielo
y nada eches de menos.

A veces solo es una caricia
para sentirte viva,
un beso en la mejilla,
un abrazo que rompa los miedos
o una palabra de aliento.

A veces no necesitas más que el silencio
de alguien que esté cercano,
notar la simple presencia
de aquel que te da la mano.

Y es que en definitiva
a nadie le gusta estar solo
si no es para un rato
o por un tiempo determinado.