domingo, 22 de marzo de 2020

Despertar de un mal sueño.

Despertar de un mal sueño
que nos quitó los besos,
los abrazos y las risas;
que nos robó el contacto,
frenó las prisas
e incluso nos arrebató la vida.

Despertar de un mal sueño
que nos confinó en una soledad
que solo rompieron los aplausos,
los ánimos y los cantos;
agradecimiento a sanitarios
que se dejaron la piel
junto a otros tantos
que nos cuidaron al máximo.

Despertar de este mal sueño
es lo que deseo.

Y volver a llenar las calles,
los parques y los bares,
acallar el silencio
con las voces de personas 
que se reencuentran, 
y se tocan, y se alegran;
regresar al trabajo,
a disfrutar de la familia,
los amigos, los ancianos;
recuperar las ganas
habiendo aprendido algo.

Porque esta pandemia
nos ha cambiado la vida,
el corazón y el alma;
ha venido a enseñarnos
a cada uno
aquello que necesitamos;
pero mientras tanto
hay que mirar por los hermanos
y quedarnos en casa
para no tener que preocuparnos.

Venceremos,
saldremos adelante,
la vida se abrirá camino
y todo habrá sido un mal sueño.

Despertaremos.

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