domingo, 26 de abril de 2020

Volveremos...




Todos dicen...volveremos...
a la normalidad,
a lo que antes teníamos...
a lo que hemos perdido.

Pero ¿a qué queremos volver de verdad?

¿A seguir destrozando el planeta
dañando su naturaleza?
¿A trabajar de sol a sol
en un trabajo precario
donde apenas se llega a fin de mes
con un mísero salario?
¿A seguir disfrutando poco de la familia
porque no se dispone de tiempo
por estar cansado y agobiado?
¿A aguantar colas en el supermercado,
empujones en el metro,
esperas en las urgencias
y atascos de tráfico?
¿A seguir viendo personas sufrir,
niños abandonados, 
mujeres que sufren maltrato
y ancianos en residencias olvidados?

Si de verdad a esto queremos volver...
no hemos aprendido nada. 

Volvamos a un mundo mejor,
a valorar lo importante,
a tomar conciencia
de lo que merece la pena;
volvamos a luchar por lo que queremos, 
a no rendirnos, a ser eternos;
a contagiarnos de la alegría,
a creer en lo imposible,
soñar con lo infinito,
sentir que estamos vivos.

Volvamos a mirar al de al lado sin recelo,
a ayudarnos,
a tendernos la mano,
a no preocuparnos en exceso,
a confiar y seguir avanzando.

Volvamos a lo que nos haga mejores,
más fuertes, más humanos;
entonces sí habremos aprendido algo.

martes, 7 de abril de 2020

Dedos




Son cinco hermanos,
quintillizos para ser exactos,
son los dedos de la mano
a los que paso a presentar:

A uno lo llaman Anular;
comprometido en primeras nupcias
al alcanzar su mayoría de edad,
pasa desapercibido,
a todos les da igual.

El Índice es otro más,
es el que señala,
el que amenaza,
por el que se empieza a contar;
tieso como una vela
pone los cuernos en compañía
de un Meñique lejano,
último en despuntar.

A su lado está Pulgar
gordinflón y juguetón,
conforme con todo
o justiciero sin piedad.

Más allá está el tercero
que es todo Corazón,
con Índice forma la victoria,
y no tiene ninguna duda
si te dice que te den por culo
con cierto disimulo
si te excedes en opinar.

Nos queda Meñique
en último lugar,
no por ello menos importante
aunque nadie sabe de su utilidad.

Juntos te saludan
y si no tienes
nada que preguntar,
te dicen adiós, y se van.