Uno de los mayores logros que ha conseguido el hombre en la historia es ser libre, pero hoy quiero reflexionar sobre la libertad entendida como la capacidad de elegir por uno mismo, sin condicionantes ni restricciones. Somos realmente libres en este sentido?
Cuántas veces nuestras elecciones y decisiones han venido motivadas por factores externos... la opinión de los demás, el trato que recibiré, me criticarán... sin darnos cuenta de que basándonos en eso estábamos dejando en manos de terceros la capacidad de decidir por nosotros, y peor aún, la posibilidad de ser felices y de estar satisfechos con lo que hacemos.
Qué necesitamos para elegir libremente?
En primer lugar estar convencidos de lo que queremos elegir; seguros de qué es lo que queremos, necesitamos y es mejor para nosotros, eso nos hará no dudar en la elección.
En segundo lugar, y valorándolo en su justa medida, no hacer excesivo caso de opiniones externas que nos impidan elegir adecuadamente, aún a riesgo de equivocarnos. Es mejor equivocarse eligiendo mal que no hacerlo ya que eso nos enseñará a elegir mejor la próxima vez.
Y por último, si has de elegir entre lo que dice tu cabeza y lo que habla tu corazón... elige siempre con el corazón, ese nunca falla y jamás te recriminará haber elegido mal.
Estimada/o niebla:
ResponderEliminarAl leer su reflexión me ha surgido la siguiente duda:
Cuando se refiere a la libertad de elegir, ¿realmente a qué se está refiriendo? ¿A elegir una cosa, elegir una forma de vivir o elegir a una persona (estar enamorado)?
Y para ello quisiera explicarlo de la forma que yo lo entiendo.
Al final expone tres condicionantes, por llamarlo de alguna manera, para elegir libremente:
En el primero de ellos estoy completamente de acuerdo con usted.
El segundo yo lo convertiría en dos: una cosa es valorar las opiniones de los demás en su justa medida para tomar una decisión y otra cosa diferente es no elegir, ya que en este caso no es necesario la opinión de nadie, nosotros mismo podemos tomar la decisión de no elegir (por miedo a equivocarnos, por opiniones de otras personas, porque es más cómodo seguir una rutina que cambiar…)
Y en el tercero afirma que siempre es mejor elegir por lo que nos diga nuestro corazón antes que nuestra cabeza. Aquí no estoy de acuerdo, y le pongo tres ejemplos distintos (podían ser otros distintos), y es que pueden existir una serie de condicionantes que nos impiden elegir libremente y en los que puede variar elegir con el corazón o la cabeza:
- Elegir un coche: nos puede gustar un coche más que otro, pero estamos condicionados por nuestro poder adquisitivo, cual va a ser el uso que le vamos a dar, si vivimos en el campo o en la ciudad… y todo esto nos condiciona en nuestra libertad de elección. Es decir creo que en este caso lo ideal sería elegir con la cabeza antes que con el corazón.
- Salir a pasear: nos puede apetecer salir a pasear, pero puede que el clima nos lo impida o desaconseje, podemos estar enfermos, tenemos obligaciones que atender que nos impiden realizarlo…, en este caso quizás podamos tener un ten con ten entre la cabeza y el corazón.
- Elegir a una persona: si estamos hablando de elegir a un amigo/a o enamorarnos de él/la, ahí si tiene usted razón en que debemos guiarnos por el corazón, aunque muchas veces hay que valorar que existen circunstancias que nos hacen pensar, dudar o que la situación que rodea a cada persona no nos permite tomar la decisión con la inmediatez que nos pide el corazón.
Resumiendo, si hablamos de elegir libremente en la forma que he detallado anteriormente, creo que no somos del todo libres.
Si se refiere a elegir a una persona, creo que lo único que faltaría sería variar el título de su reflexión para que quedase más claro.
No quisiera que se tomara mal mis palabras, ya que estas sólo están escritas con la intención de aportar mi opinión e intentar dar otro punto de vista, que no deja de ser también una reflexión y así poder sumar a su blog un poco más debate.
Un cordial saludo de,
Gominola
Gracias por su comentario, gominola :-) estoy bastante de acuerdo con usted pero no en todo.
ResponderEliminarLa vida se compone de elecciones en todos los ámbitos, la libertad de elegir se refiere a cualquiera de ellos.No elegir ya es una elección, efectivamente, pero que sea por voluntad propia, no basada en influencias de terceros.
En cuanto al tercer punto, la experiencia me dice que haga caso al corazón, pero con cabeza. Pero si tengo que elegir entre uno y otro, elegiré con el corazón siempre ya que no hacerlo me ha dado bastantes disgustos y no me ha hecho feliz a lo largo de mi vida.
En cualquier caso, elijamos lo que elijamos, que sea para ser felices.
Efectivamente la vida se basa en elecciones, desde que tenemos uso de razón nos pasamos toda nuestra nuestra vida eligiendo, desde las cosas más banales hasta las más importantes y cualquiera de ellas influye en mayor o menor medida en el curso de nuestra vida.
ResponderEliminarSiempre procuramos que nuestras decisiones nos hagan felices, y en ocasiones consultamos o pedimos consejos para tomar una decisión, pero eso no quita que al final seamos nosotros quien la tomemos y que tengamos libertad para hacerlo.
Y en cuanto al tercer punto, creo que se lo he intentado explicar con varios ejemplos porque no todas las elecciones son iguales, de hecho en parte me da la razón cuando dice que hace caso al corazón pero con cabeza y si tiene que elegir lo haría con el corazón.
Con esto vamos parar al mismo lugar, dependiendo de la elección hay que usar la cabeza, la cabeza y el corazón o solo el corazón, con el fin como bien dice para ser felices.
Me alegra que no le haya molestado mi comentario y hayamos podido debatir sobre su reflexión.
Espero poder repetirlo en futuras ocasiones.
Afectamente,
Gominola
Perdón, quería decir Afectuosamente.
ResponderEliminarExcelente reflexión, que comparto al 100%... ¡Me encanta! :-)
ResponderEliminarMar Azul ;-)