domingo, 15 de noviembre de 2015

Fluir con la vida

Seguro que conoces a personas que no les gusta la vida que llevan; están cansados, hastiados, se agobian en una sociedad que les empuja muchas veces al abismo del individualismo, a la competitividad, a un estado de soledad estando rodeados de gente. Seguro que tú incluso te ves reflejado en las palabras de este párrafo.

Dicen que la vida es complicada, y lo es, pero casi siempre somos nosotros los que la hacemos más difícil aún; nos dejamos llevar por unos patrones estereotipados que llevamos al extremo, y la vida ni es tan dura como nos la pintan ni tan fácil como nos gustaría que fuese.

También dicen que hay que dejarse llevar, fluir con la vida para estar en armonía; dejarse llevar es navegar sobre ella donde quiera llevarnos, como un barco a su merced en medio del mar sin rumbo fijo, pero a veces sería aconsejable que fuéramos capaces de cabalgar sobre ella, no como un potro desbocado, sino cogiendo las riendas y marcando nosotros el camino; estoy de acuerdo en que no siempre podremos hacerlo porque habrá cosas que se escapen a nuestro control pero en la medida de lo posible deberíamos ser capaces de gestionarla y vivirla como queremos.

Tal vez sea la vida la que deba fluir con nosotros y no al revés; en cualquier caso, nunca hemos de quedarnos inmóviles al borde del camino.

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