miércoles, 15 de octubre de 2014
Envejecer
Aunque mi cabeza
se llene de canas
y de arrugas
se pueble mi cara;
aunque mis manos
sujeten la nada
y escondan sus venas,
finas, moradas.
Aunque un suspiro largo
salga de mis labios,
y de mis ojos broten
lágrimas color plata;
hay que seguir
en la batalla.
Y si mi mente se nubla
y de vacío se llena,
y si mis palabras
avanzan lentas
y mis recuerdos huyen
en plena algarabía;
y si mis pasos
se quedan cortos
y mis ojos no encuentran
el camino de vuelta;
en mi corazón y alma,
siempre habrá,
una joven primavera.
Publicado por
niebla
en
19:01
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Etiquetas:
Poemas
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