miércoles, 15 de enero de 2020

Tahúres del amor



Para algunos el amor
es similar a un juego de cartas;
se puede ir de farol
sin tener una buena mano,
montarse un trío
con parejas dobles
y conseguir un póquer de corazones.

Otros son más de lanzar órdagos,
de conquistar guiñando un ojo
y de ganar a la chica y a lo grande.

Los hay que prefieren cantar las cuarenta
con un as guardado en la manga;
seducir y enamorar sin arrastrar
pensando que todo pinta bien.

También están los adictos al solitario,
apañarse solos, sin extraños;
no depender de nadie
y dedicarse siempre el triunfo.

Y ahí estoy yo,
que prefiero a los que ponen
sus cartas boca arriba
encima de la mesa,
a los que nos les importa arriesgar
aún a riesgo de perder,
a los que apuestan fuerte
y no conocen trucos,
a los que juegan la partida
hasta el final de su vida.

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