martes, 11 de octubre de 2016

No más cuentos


De pequeñas nos enseñaron
a creer en cuentos de princesas, 
caballeros espada en mano
que nos rescataran
de la torre más alta del palacio;
nos hicieron creer
que necesitábamos depender
de quien nos salvara la vida,
y que le debíamos honor y entrega,
y servicio de forma eterna.

Pero nos dimos cuenta de que
no existen príncipes azules,
que la propia vida te saca
a empujones del castillo,
que nos valemos por nosotras mismas
para llegar al final de nuestros días,
y que no hemos de rendir cuentas
más que a nuestra propia conciencia.

Por esas mujeres reinas
de su hogar y sus familias,
por las que sacan adelante
hijos, trabajos y miserias;
por las que enfrentan la vida
con fuerza, valor y alegría...
vaya este poema
y mi más sincera enhorabuena.

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