lunes, 14 de enero de 2019

Encarcelado



En una celda oscura
pasa sus días y sus noches,
sin contacto con nadie
se siente abandonado;
fuera escucha el silencio
roto por el tronar de los pájaros,
amargo amanecer solitario,
entre paredes húmedas y viejas.

Golpes en la almohada,
llanto ahogado entre penas,
el sol entra por la ventana
desvistiendo las sombras,
dejando en llamas la herida.

Asido a los barrotes su libertad clama,
su dolor a pleno pulmón grita
hasta quedarse sin fuerzas, sin ganas.

Cuenta los días;
uno menos,
uno más.

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