jueves, 3 de agosto de 2017

Libre de todo



Antes de irse a dormir
se despojaba de su ropa
para ponerse el pijama,
se quitaba la coraza
puesta por la mañana
para que nadie le lastimara;
borraba de su piel el maquillaje,
dejando ver el rastro de sus señales;
quedaba al descubierto
su fuero más vulnerable.

Y así se iba a la cama;
sola, sin manchas,
agotada de tanto esfuerzo,
mirándose en el espejo el alma;
observando su cuerpo
listo para entregarse al sueño;
donde estaba a salvo,
donde no pasaba nada,
donde se sentía segura
y aliviada.

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