Se llevó las manos a la cabeza
por no cumplir su juramento,
amor eterno prometido
olvidado entre cañas de cerveza.
por no cumplir su juramento,
amor eterno prometido
olvidado entre cañas de cerveza.
No pudo mirarle a los ojos,
la cobardía de ser sincero
produjo en su interior un estruendo
que acalló entre sutiles sollozos.
Se marchó sin decir adiós;
cerró la puerta y echó el cerrojo,
no volvió a verlo,
suspiró y cerró los ojos.
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