martes, 19 de julio de 2016

Calor veraniego


 

Calor intenso en la ciudad,
cuerpos a remojo en pequeños oasis,
el asfalto desprende humo y ceniza,
las calles están desiertas y solitarias.

Unos termómetros que se derriten
en una carrera al grado más alto,
terrazas vacías y secas sombrillas
visten paseos sedientos de vida.

El sol quema y la piel se abrasa,
flores marchitas que piden clemencia,
un sol que castiga a quien la calle pisa,
un sudor que resbala por cara y espalda.

Así de intenso es julio,
así de fogoso vendrá agosto;
¿aún hay alguien que diga
que el verano es bonito y hermoso?

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