sábado, 26 de septiembre de 2015

Fuiste




Fuiste mis ganas de nadie más,
el ayer de mis mañanas,
el destello fugaz
que templó mis madrugadas;
fuiste el polvo
que se desvaneció de un soplo,
la vidriera convertida
en cristal roto,
el canto que se ahogó
en un cántaro poroso.

Nada queda,
nada regresa,
nada quema,
y nada se espera.

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